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Siempre la palabra

Una mujer catalana tiene un billete para Pamplona para el próximo fin de semana. Le ha costado horas de cola conseguirlo en Sants. No viste ni camisa blanca ni pañuelo rojo. No se ha entrenado para participar en ninguna carrera delante de ningún astado en el marco de la fiesta de alcance ya planetario. En el trayecto permanecerá algo ajena a la algarabía del vagón. Una vez en la capital mundial de la jarana, dejará el bullicio a sus espaldas y continuará hasta Estella. Allí quiere debatir y celebrar la paz en el marco del X Foro Espiritual de la ciudad del Ega (www.foroespiritual.org). Trae una ponencia en su bolso que le ha costado muchas horas redactar. Viene con toda la ilusión del fraterno encuentro entre los diferentes. Así nos lo ha narrado. Sin embargo, se ha orquestado una campaña en Navarra y allende nuestra comunidad para que la representante de la sinagoga de Barcelona se quede en casa, no desembarque entre nosotros.

Si así ocurre la intolerancia habrá ganado. Su ausencia representaría un fracaso, la incapacidad de tener puentes imprescindibles. Por el contrario, si esa mujer, que representa a la tradición judía en nuestro encuentro, coge finalmente el tren, si puede participar en los diálogos que hemos organizado, si Dana Spiniack levanta en el “Parque de los Llanos†junto con los otros cuatro representantes del Islam presentes el árbol de la paz, si enciende con ellos la llama de la fraternidad como acostumbramos a hacer en todas las ediciones, habrá ganado la tolerancia y el respeto. Habrá prevalecido la libertad de expresión, habremos contribuido con la fuerza del testimonio a un mundo mejor, habremos certificado que los muy diferentes pueden compartir y colaborar. Habrá triunfado la causa palestina, la causa hebrea, puesto que ambas causas ganan cuando hacen un gesto por acercarse al contrario.

Dana Spiniack no es vocera de quienes despliegan lo tremendo. Lo tremendo y sus responsabilidades compartidas no debieran frustrar la palabra. En una larga espiral de violencia unos y otros aventaron las llamas del infierno. La verdadera causa palestina debería pasar por la denuncia de las barbaridades del 7 de Octubre; la verdadera causa judía por la condena sin paliativos de los salvajes bombardeos de la población civil de Gaza que ya se han cobrado cerca de 37.000 muertos. Mientras que sólo condenemos las salvajadas “ajenas†y nunca las “propias†la paz seguirá siendo un imposible.

El Foro Espiritual no va a prescindir de sus ponentes, siempre y cuando se expresen con el debido respeto y civilidad. Estamos sobrados de dedos acusadores, y sin embargo “acusamos†deficiencia de “nostra culpaâ€. La catarsis necesaria nos ayude a vislumbrar genuina paz. Nadie debiera impedir que esta mujer se acerque a nuestro fraterno círculo a orillas del Ega. No viene a representar un Estado, se representa a ella misma y a una tradición sagrada con miles de años a sus espaldas. La necesitamos para el diálogo que centrará el Foro: “Cómo podemos construir un mundo de pazâ€. La masacre de tantas vidas inocentes que sigue perpetrando el ejército israelí nos sacude a todos, pero también la que la originó. De ahí la importancia de todo gesto de paz y de denuncia de la violencia venga de donde venga; de condena firme de toda agresión que se remonte más atrás, al buldozer que rompe la alambrada y desata la barbarie, por supuesto al Estado recién creado que expulsa sin piedad a los anteriores moradores… Algún día será preciso pensar en responsabilidades más compartidas y empezar a tender pequeños puentes que creíamos imposibles. Una sangre sucede a otra y ninguna parte contendiente debería rehuir responsabilidades.

No ocultamos que la sinagoga barcelonesa es particularmente conservadora, que la representante judía en nuestro Foro hace más de diez años ocupó un puesto en la “Cámara de Comercio Barcelona Israelâ€, que se dedicó al fomento de empresas catalanas en Israel y viceversa, pero ello no justifica para nada la mencionada campaña. No son ciertas las falsedades que se han vertido sobre ella. El sólo hecho de firmar una carta de denuncia del 7 de Octubre se convierte en delito a la vista de una nueva corte inquisitorial ahora de talante “progresistaâ€. Es evidente que Dana Spiniack observará desde otro ángulo el conflicto palestino-israelí, pero ello de ninguna forma puede ser razón para pedirnos que suspendamos la invitación cursada. Están surgiendo nuevas y preocupantes intolerancia que flaco favor hacen a las causas que creen defender. En el diferente sentimiento, mirada y argumentación estriba la magia y el triunfo del encuentro y el diálogo. Entre los iguales el diálogo no tiene sentido. ¿Qué razón tiene que éste se desarrolle entre quienes observan este mundo convulso y su propio conflicto desde la misma atalaya?

En lo que se refiera a respeto a la vida y a los derechos humanos la historia nos susurra que exigimos más al lado contrario que al nuestro. Sin embargo, los grandes seres, las grandes almas y faros nos demuestran que ha de ser al revés. Mahatma Ghandi fue asesinado por sus correligionarios porque exigía a su propio nacionalismo hindú lo que no a sus supuestos adversarios musulmanes. Más cerca ahí estaban, cuando nuestra guerra, Manuel de Azaña y José Antonio Agirre con sus profundos enfados por los “paseíllos†a los franquistas… En la órbita propalestina nadie habla del 7 de Octubre, en la órbita judía las condenas de los bárbaros bombardeos israelí sobre la población gazatí hay que buscarlos con lupa. Hemos olvidado la historia, hemos perdido norte y por eso los otros son siempre más crueles y por eso nos falta la fuerza y el coraje para denunciar las barbaridades que nuestros propios defendidos ejercen.

Nos dedicamos al fomento de espacios de diálogo y encuentro entre los diferentes. No cederemos ante la presión e intimidación para que Dana Spiniack no se acerque. Nos jugamos mucho más que la presencia de una mujer en el panel de oradores, nos jugamos la defensa de principios superiores de libertad de expresión, tolerancia y mutuo respeto. Aunque incómoda, distante y llena de sarpullidos, la palabra siempre la palabra, frenando el maldito hierro, la sangre gratuita, la palabra siempre la palabra. No renunciaremos jamás a ella.

* La imagen pertenece a la anterior edición del Foro Espiritual de Estella (2022). En ella se observa el encendido de la llama de la fraternidad por parte de los representantes de las diferentes tradiciones espirituales, judía y musulmana incluidas.

 
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